El Ojo
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El protagonista

Este es el agujero protagonista principal de este complejo de acuíferos. El más evidente y llamativo pero habitualmente muy acompañado. La fuerza del agua al brotar, limpia las piedras del fondo de los sedimentos calizos que sin embargo, sí rodean la "pupila" central. Arenilla que permanece a su alrededor en constante movimiento si lo observamos de cerca.

Vista hacia el inicio

El agua llega habitualmente a "El Ojo" desde unos metros antes. No existe un manantial evidente, sino que poco a poco el agua brota del propio lecho del arroyo y ya llega con cierto caudal hasta el manantial que da nombre a todo el complejo de hoyas. Al fondo, el camino de Languilla.

Al lado contrario

Aquí nos situamos junto a El Ojo para mirar hacia adelante, siguiendo el curso del agua. Estamos en el mes de mayo, la primavera comienza a ser evidente pero aún no impide con una vegetación excesiva que nos podamos asomar a la hoya y a la vera del arroyo. La hierba, los cardos y el cereal, han nacido pero aún no han crecido, dejando expedito el terreno.

La silueta reconocible

Estos dos chopos nos muestran con claridad la ubicación exacta de la hoya principal. Si antes el camino nos llevaba hasta este manantial, hoy gran parte del terreno circundante que fue prado se encuentra arado, así como todo el tramo final del camino. Ello nos limita el acceso a esta fuente durante muchos meses, y solo al final del invierno y asomando la primavera es accesible y visible.

¡Hasta luego!

A medida que avanza la primavera, los cultivos empiezan a levantar altura, así como el resto de la vegetación propia de la ribera del arroyo. También el lecho del río se va llenando del típico "verdín", es el momento de despedirse de "El Ojo". Si no sigue lloviendo en abundancia el caudal va disminuyendo y de todos modos el verdín terminará por cubrir la "pupila" y cegarla.

Compañía

En silencio y sin llamar la atención, en años de lluvias abundantes nace bajo estas piedras otro pequeño arroyo, que enseguida vierte sus aguas junto a El Ojo. Apenas por unos metros forma otra surgencia diferenciada dentro del conjunto.

Más detalle

El abandono entre otras causas provoca que esta agua quede retenida en lugar de circular. Hojas y hierbas secas se corrompen en el agua provocando malos olores y contaminación innecesaria. Resulta hermoso ver el agua cristalina circular libremente.

Una sorpresa

Y al descubrir el lecho del arroyo de hierbas y hojarasca, nos encontramos con estos hermosos ejemplares de seta de chopo que han crecido a los pies de las dos vigas. El sol y la humedad han cumplido para ofrecernos este espectáculo.

 

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