El
último sábado del mes de Julio se celebra en Ayllón
una fiesta medieval. En ella participa toda la villa, engalanando las
calles y los balcones a la antigua usanza. Principal resulta la Plaza
Mayor ya que ella se organiza un mercadillo al estilo de la
época, tanto en los puestos como en la vestimenta de quienes dispensan
las mercancías. Todo ello resultaría poco creíble si no fuera porque
el marco que acoge esta fiesta no desentona, sino que realza la
celebración. Realmente resulta imprescindible.
Ello nos da una idea de lo
que constituye Ayllón, un casco
histórico perfectamente conservado en el que el paseante puede
contemplar épocas pretéritas en todo cuanto le rodea.
La elección de julio, casi agosto, para esta fiesta no es casual.
Multitud de veraneantes eligen esta villa para curar el sofocante
bochorno de la ciudad. Probablemente triplique y cuadriplique su
población en estas fechas.
No es tampoco despreciable el
número de restaurantes que en la villa nos ofrecen la pitanza propia
del lugar y alrededores, y todos sabemos qué es lo que abunda
gastronómicamente en Segovia... por
lo que tampoco abundaremos en ello. También dispone de varias tahonas
donde adquirir ese pan de pueblo en forma de hogazas y dulces de toda
clase, entre ellos las tortas de azúcar y de chicharros.
La Plaza
Mayor dispone de buena parte de los restaurantes y bares que
pueblan Ayllón. Aprovechan estos
locales, los soportales y el empedrado de la plaza en los días soleados
y templados para colocar sus terrazas. Tomarse así un refrigerio
sentado en ellas supone un placer para la vista. Como la tierra del
lugar, las casas disponen de esa tonalidad rojiza en sus fachadas. En
uno de los frontales se halla la iglesia
románica de San Miguel, que ha estado durante años en
fase
de restauración y que ha sido convertida en museo. Sentadas en una de
las terrazas podemos también contemplar la espadaña de la iglesia
de Santa María, siempre llena de nidos de cigüeña y
poblada según la época de multitud de estas
aves, tal vez el
castañeteo de sus picos nos acompañen durante la caña... Una visita a
su interior nos deparará alguna sorpresa.
También podemos ver el Cristo, que a modo del gigante brasileño, nos
observa desde su atalaya en el cerro que domina la villa. En este cerro
quedan restos de antiguas fortificaciones. Castilla fue tierra de
fronteras que durante la Reconquista avanzaban y retrocedían y las
poblaciones cercanas a esa frontera debían fortificarse para poder
resistir los distintos asedios y Ayllón no quedó fuera de este ir y
venir de líneas y demarcaciones. También la vista desde el cerro
hace que merezca la pena ascender.
De hecho, la ciudad estuvo
amurallada y una de las entradas a la Plaza
Mayor, se realiza bajo un
arco ojival que supuso una de las puertas de acceso al recinto. Según franqueamos ese
arco tenemos a nuestra
derecha el Palacio de los
Contreras, con una
fachada de estilo gótico isabelino de finales del siglo XV. Pudo ser la
hermosura de esta fachada la que originara que se levantara una réplica
de esta construcción en el Pueblo Español de Barcelona.
También estuvo en proceso de restauración durante largo tiempo. Ayllón
estuvo poblada en otros tiempos de notables conventos y monasterios. La Desamortización
debió de tener culpa del estado ruinoso actual de alguno de ellos y del
uso privado de otros. Así sucede con el convento
gótico de San Francisco o con la iglesia
de San Francisco, hoy destinada a uso particular y que
presenta mezcla de gótico y de románico.
Los pueblos cercanos merecen también una visita. Son pueblos muy
castellanos, muchos son desconocidos pero resultan una sorpresa
agradable. Podemos nombrar Santa María de
Riaza, Saldaña de Ayllón, Languilla, Maderuelo... Asimismo,
digno es de mencionar que Ayllón
guarda cierta relación de afecto para los habitantes de Valdanzuelo,
pues incluso caminaban los mozos y mozas durante horas para acudir a sus
fiestas y presenciar las corridas de toros, regresando de nuevo a pie
cuando alboreaba la mañana. También constituía una de las poblaciones
"grandes" más cercanas, donde ir a vender y comprar.
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