Son
las casas que nos saludan al entrar en Valdanzuelo por el
Norte. A nuestra izquierda vemos una pared de típico adobe. Corresponde
al "salón", el lugar así llamado, correspondía en
década pasadas al sitio en el que en días de fiesta, mozos y mozas se
reunían para bailar. Siempre con recato y que corriera el aire...
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Esta
imagen pertenece al año 1969. Dentro de la calidad que ofrece la foto,
se puede distinguir sobre todo que el pueblo está en pie. Actualmente,
si contrapusiéramos una instantánea, parecería que ha sucedido una
guerra reciente, por el estado de muchas casas y la triste visión de
tejados hundidos.
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En
la foto el alcalde de Langa es
entrevistado por Televisión Española. A su lado un diputado de
la Junta. A finales de los ochenta
alguien decidió que era el momento de exigir que el agua llegara a las
casas. El agua abundaba pero corría a unos metros sin llegar a las
casas. La movilización obtuvo sus frutos.
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La
carretera cortada por la Guardia Civil, un sistema de sonido enchufado
en una casa a pie de calle y uno de los diputados de la Junta pide al
"numeroso público" que regrese al pueblo, que vuelvan a vivir
en Soria, que traerá el agua pero a
cambio Soria necesita parar su
sangría humana... El olmo ya se ha muerto.
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El
sempiterno alcalde de Langa,
Sr. Cob, a la postre alcalde del barrio de Valdanzuelo,
se cubre bajo un olmo (que aún sobrevivía a la plaga) y micrófono en
mano participa en el evento con unas palabras. De espaldas alguien
sujeta una improvisada y rústica pancarta, apropiada para la ocasión.
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Las
autoridades y los "manifestantes" están ya juntos y revueltos
tras los discursos y se disponen a celebrar el evento con una cena. Las
mesas y las sillas ya están dispuestas. Realmente costó aún esfuerzo,
pero pronto pudimos ver la maquinaria horadando un pozo junto al de la
antigua fuente. No hizo falta ahondar mucho.
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Poco
a poco, la gente que acude verano tras verano y los que aún
"sobreviven" en Valdanzuelo,
encuentran que no es necesario enterrar todo aquello con lo que
convivieron en su día y deciden resucitar la procesión de San
Bartolomé, patrón de Valdanzuelo.
Sacan de nuevo el pendón y la imagen y como antes procesionan
con ellos.
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Es
el momento en que la imagen volverá a la Iglesia. Muy probablemente, San
Bartolomé ya no verá el sol
hasta el verano siguiente. Es el momento de la subasta, la gente ha
hecho sus ofrendas al santo y estas se subastan a viva voz. Unos por
devoción, otros por el recuerdo, el caso es que una a una van cayendo
en manos de los postores.
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