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Tengamos en
cuenta la poca población en la provincia de Soria, y añadamos que
alrededor de Valdanzuelo existen kilómetros y kilómetros de
naturaleza, de monte bajo apenas visitado esporádicamente por el
hombre.
¿Qué podemos observar en Valdanzuelo sin
necesidad de apostarnos horas y horas a esperar? Sin comportarnos como
naturistas profesionales dicho en pocas palabras.
Pues lo que sigue:
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Zorros;
fáciles de observar en ocasiones si uno contempla el
valle desde lo alto del monte. Tampoco son
infrecuentes los encuentros con ellos por la noche, conduciendo por las proximidades o...
andando detrás
del cementerio a plena luz del día o más recientemente entre las casas
del pueblo de madrugada. Incluso con sus crías cuando es la
época. Estos animales no temen excesivamente el arrimarse al hombre si el hambre aprieta,
lo cual en ocasiones no es lo más recomendable para ellos. Resulta
lamentable a veces con frecuencia contemplar su cuerpo en el
asfalto.
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Tejones; No resultan tan fáciles de encontrar como
otros animales típicos de Valdanzuelo.
La razón principal es
que son de hábitos nocturnos y para complicarlo aún más,
hibernan durante la estación fría que en Soria es muy larga. De
la familia de los mustélidos, dispone de unas garras largas y
fuertes que utiliza para excavar hasta en los suelos más duros.
Sus madrigueras se componen de largas galerías. Como curiosidad,
toleran dentro de sus madrigueras otros animales como el zorro,
aunque en cámaras distintas. Otra curiosidad es que al aparearse
chillan como bebés. En la foto un tejón atropellado junto a
Valdanzuelo en la carretera
camino a Cenegro.
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Corzos;
en
muchas ocasiones a apenas unos metros antes
de entrar en el pueblo,
junto a la Quintanilla
o junto a la Sima.
Fácilmente visibles desde el amanecer, durante las más tempranas horas
de la mañana y al caer el sol por la tarde. Son tantos que realmente
constituyen cierto peligro al conducir, mucho cuidado.
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Buitres; Enormes bandadas de buitres sobrevuelan con
frecuencia Valdanzuelo a veces incluso en grupos de unas treinta
aves, planeando con lentitud, con parsimonia.
No
solo buscan posibles cadáveres de ganado, sino de los jabalíes,
corzos... A veces lo hacen a muy baja altura y sin inmutarse por
nuestra presencia, con lo que contemplar estas carroñeras es
algo usual y placentero en Valdanzuelo.
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Jabalíes;
en otro tiempo mucho más fáciles de ver. Valdanzuelo llegó a estar
casi despoblado y pudieron contemplarse sus excrementos hasta en el
soportal de la
Iglesia
de San Bartolomé. Ahora ya no se dejan ver tan fácilmente, sólo en horas tempranas, monte muy adentro y si guardamos silencio en
todo momento. Por supuesto también alguna vez por la noche pueden
cruzarse por la carretera.
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Perdices;
Desde el coche uno puede verlas
tranquilamente caminando, la madre y sus crías detrás o
simplemente un grupo de ellas, en ocasiones plácidamente
sentadas. Solo se asustan si observan una figura humana,
echarán entonces a volar o más probablemente huirán monte
arriba o sembrado adentro con su característico correr.
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