La Mostaza es el nombre del arroyo que cruza
el pueblo, al fin y al cabo, Valdanzuelo se aloja en un estrechísimo valle y
las casas retrepan ambos lados del monte. Todo valle que se precie tendrá su
río o arroyo y el de Valdanzuelo es la Mostaza.
Un ejemplo del cambio climático se puede
encontrar en este pequeño arroyo. Hace un par de décadas era habitual acabar
el mes de agosto y verlo todavía atravesar Valdanzuelo, tal vez con un hilillo
de agua, pero llegaba a empalmar con las lluvias del otoño y no se secaba.
Lamentablemente, hoy día lo habitual es contemplar su cauce yermo y seco. Las
muy contadas ocasiones en que fluye constituyen una alegría para la vista.
El recuerdo de los mayores cuyas casas
daban al arroyo, es el de dormirse oyendo su rumor sordo entre el silencio
absoluto de la noche. Que cada vez llueve menos es evidente, pero tal vez
también tenga algo que ver el uso de aguas subterráneas para abastecimiento y
regadíos, en el hecho de que se convierta ese dormir arrullado por el agua, en
tan solo un hermoso recuerdo.
El origen primero del agua de la Mostaza
es el Manadero. No es esta una afirmación cualquiera. No es necesario que el
Manadero escupa agua para que la Mostaza corra, pero sí que lo haya hecho. Es
decir, primero brotará el Manadero, si lo hace con caudal suficiente el agua
llegará hasta Valdanzuelo.
Del Manadero a
Valdanzuelo hay menos de
un kilómetro, puede suceder sin embargo, que a pesar de que éste brote y con
bastante agua, el caudal no alcance el pueblo. Llega a secarse el Manadero y
nunca llegó a correr la Mostaza por el pueblo.
Unos 150 ó 200 metros antes de
Valdanzuelo hay una pequeña chopera en la que la Mostaza dibuja una curva.
Justo al inicio de esta curva está lo que llamamos "la Sima". En este
lugar el lecho de la Mostaza se ensancha notablemente y se hace bastante más
profundo. Se ha intentado tapar esta oquedad echando tierra y tierra. Quien
cultiva las tierras que bordean el cauce encuentra que la Mostaza en su fluir
horada las paredes por las que corre, el afán por arrimarse y arar hasta el
mismo borde hace que peligre la estabilidad del terreno cuando lo cruzan
tractores o cosechadoras. Así que se ha intentado llenar, aunque el agua se lo
lleva.
Lo importante es que en este lugar
conocido como la Sima, se pierde el agua. Es un auténtico sumidero, aunque no
lo aparenta, capaz de tragarse cuanto líquido elemento llegue hasta él. Solo
si el caudal es muy importante y por mucho tiempo, consigue el agua sobrepasar
este obstáculo y seguir hasta el pueblo.
En esta chopera, si el año es muy
húmedo, brota también espontáneamente el agua y en casos extremos como en el
Recuenco, brota de las tierras cultivadas que hay junto al cauce. Debido a esta
humedad, a este encharcamiento, tampoco estas tierras se cultivaban y era prado.
Cuando se seca el Manadero, puede sin
embargo, seguir corriendo la Mostaza. En primer lugar
brotará de esta chopera,
es como si toda el agua que se tragó la Sima sea devuelta después desde este
lugar. Aún puede secarse este lugar y seguir fluyendo la Mostaza, entonces
brota desde "el Pozarón".
Superada la chopera y unos cuantos metros
más adelante, ya casi a la entrada del pueblo, se abre un pequeño agujero en
el lecho de la Mostaza. Es desde aquí, el
Pozarón, donde seguirá manando agua una vez seco
todo lo anterior.
Lo curioso es que el orden es siempre
éste, nunca brotará agua del Pozarón si antes no corrió la
Mostaza sobre
él, ni de la chopera llegará la Mostaza al pueblo si no manó antes el
Manadero.
Si bien en el Manadero
persiste un orden
lógico, en tanto en cuanto se sigue un orden de altitud, según el cual primero
mana la fuente más baja y luego lo hacen las más altas, no tiene demasiada
lógica, que fuentes como la del Pozarón, muchos metros por debajo del
Manadero, no brote hasta que éste lo haga primero durante un prolongado periodo
de tiempo.
En fin, curiosidades aparte, la Mostaza
seguirá su curso hasta llegar al Duero, unos trece kilómetros de recorrido
aproximadamente, pero antes de salir de Valdanzuelo y perder su nombre,
recibirá muchas otras aguas.
Nada más atravesar el pueblo,
da la bienvenida a las aguas de cuantas fuentes nacen en la chopera que se extiende entre la pista
de tierra que va a Languilla y la carretera
asfaltada que llega a Valdanzo. Son tan
numerosas que algunas ni siquiera tienen nombre, de las que lo tienen podemos
mencionar varias; la
Fuente Vieja, la del Prado, la
del Piojo, la del Lobo...
después de la chopera recibe las aguas del Ojo
y Recuenco,
del Arroyo justo antes de la Quintanilla, de la Quintanilla,
de las Hoyas, de la fuente
de los Telleros, de la Bemberrosa...
Así hasta llegar a los puentes y continuar camino de Valdanzo.
Aún se unirán más arroyos hasta el Duero
pero ya fuera de Valdanzuelo y esa es otra
historia. Tenéis también a
vuestra disposición, muchas más imágenes de la Mostaza
y del Manadero en la
sección de Galería fotográfica
y en la sección de las 4
estaciones, dentro de esta misma web.
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