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El
sol se pone entre los árboles de la chopera en un tibia tarde de
primavera. Los días ya son largos y los chopos presentan su cubierta de
nuevas y brillantes hojas verdes. El ciclo ha comenzado de nuevo y con
renovados bríos. Los pájaros chillan alegres por tener donde
cobijarse.
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Un
día alguien tuvo la dudosa idea de rociar las calles del pueblo con
herbicida para evitar que creciera vegetación en calles sin urbanizar.
Hubiera sido mejor cortarla periódicamente. El suelo no habría sido
envenenado, no hubiera quedado desprotegido y sobre todo, no nos hubiera
privado de contemplar estas margaritas dentro del pueblo.
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Es
primavera pero el tiempo está revuelto. Una tormenta se acerca por el
llano del Páramo y se aproxima a Valdanzuelo.
Desde el mirador de la Cruz
podemos ver cómo se acerca y su aspecto de descargar en cualquier
momento. Será agua que termine en la capa freática y alimente
las fuentes de Valdanzuelo.
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Es
la misma tormenta que ya asoma por Bartolín.
Los más viejos del lugar siempre han descrito que las grandes tormentas
asomaban al pueblo por Bartolín
justo por encima del cementerio. Desde aquella zona era fácil ver
las tormentas, pero también sentir por sus truenos cómo se aproximan.
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J.A.Hernansanz
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El
pueblo cuando aún sus calles permanecían con su alfombra verde
natural. La llegada de la primavera vestía de un tupido manto de hierba
el suelo. Los coches no resbalaban ni se formaban barrizales con la
lluvia. Transitar en vehículo o a pie era tarea fácil hasta que se
decidió envenenar el suelo con herbicida.
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El paseo se ha extendido hasta el atardecer, desde la entrada a
Valdanzuelo uno vuelve la vista hacia
los últimos atisbos de luz que se cuelan entre la chopera. Los árboles aún
no tienen hojas en la recién iniciada primavera pero el cielo ya no es
gris como en el invierno, sino hermosamente azul. |
Otro atardecer, esta vez casi a la
altura del Batán. El campo
atiborrado de agua "supura" por cualquier lugar. El sol ocultándose se
refleja en una pequeña charca del terreno, mientras que en primer plano
vemos cómo los primeros nuevos brotes aparecen ya en las ramas de los
árboles.
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Es abril, al menos por el día el
ambiente ya es templado. El sol ya "pica". Las ranas ya han dejado sus
hileras de huevos a la espera de los renacuajos. Es una charca próxima a
la Quintanilla justo la
que refleja la luz en la foto anterior, El sol facilitará la eclosión de
los huevos... |
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Aquí contemplamos una imagen más
cercana de los huevos. No la tienen todas consigo a pesar del ambiente
templado. La charca puede secarse antes de tiempo, aún hiela por las
noches y algunos depredadores pueden darse un festín de huevos o de
renacuajos... |
Desde la carretera lanzamos nuestra
mirada hacia el valle de la
Antillera antes de llegar a Valdanzuelo.
Es primavera y el suelo parece una alfombra que nos invita a pasear. Al
fondo a la derecha, el camino que se adentra en el valle queda casi queda
oculto. |
En una extensión de terreno tan
enorme como la que encontramos al subir a Valdeperal, podemos encontrar
todo tipo de hermosas vistas en cada época del año. En este caso el
paisaje casi nos pinta un cuadro impresionista pero sin la intervención
del hombre. |
También es tiempo de cría para las
aves. Incluso para la pareja de águilas reales que nos visitan cada año.
Aquí tenemos la puesta de esta última primavera. |