Carramolinos
Mirador
De frente contemplamos una meseta, una especie de pirámide desmochada. Su franja ocre es reconocible, como en la Cercona.
En Carramolinos volvemos a elevarnos hasta los 1035 metros. Es una figura reconocible, justo donde el valle gira hacia la derecha en dirección a Valdanzo. Como curiosidad, cabe decir que probablemente, su saliente tenga la culpa de que no llegue la cobertura de móvil a Valdanzuelo, pues basta girarlo y ves subir las rayas en tu teléfono...
Desde la Bemberrosa lo tenemos casi de frente y apreciamos su ancha base y su estrecha cima, semejando una pirámide con la punta cercenada y aplanada.
Una vista de Carramolinos desde la Quintanilla.
Desde Valdanzuelo sin embargo, parece solo un saliente. Una forma que llega a recordar la cabecera de un tren de alta velocidad. Así se ve desde la Quintanilla.
Solo al voltearlo desde la carretera vemos la extensión de dicho frontal, que se alarga en una bajada hasta el molino y donde nos encontramos con la Mostaza.
Un dato reseñable, es que este saliente dispone de dos fuentes. Mirándolo de frente dispone de una en su lado izquierdo y otra en su lado derecho.
Como otras en Valdanzuelo, son de un corto recorrido, pero al menos una de ellas puede suponer un alivio para los animales que triscan por el monte, que no tendrán necesidad de cruzar la carretera para abrevar.
La fuente más cercana a Valdanzuelo de las de Carramolinos. Se distingue por la mancha especialmente verde claro, entre el amarillo circundante agostado, bajo el estrato rocoso.
La primera, más cercana a Valdanzuelo, es perfectamente visible desde la carretera y reconocible por la mata de color verde intenso que supone. No por su agua, sino por los efectos que causa. Crece la hierba a su alrededor con tal feracidad que el caudal resulta invisible pero resulta evidente por sus consecuencias.
Entre Carramolinos y Escuernacabras, una tierra de labor se adentra en leve pendiente hacia el monte. Dicen que este sería el lugar de más cómoda subida hasta el llano del monte, pues el ascenso es paulatino excepto por un corto repecho final.
En la ladera que correspondería aún a Carramolinos surge otra fuente, de la que sí podemos apreciar su caudal.
Al menos de momento, no ha sido devorada por la vegetación. Si pinchas en el enlace tienes la situación en google maps para encontrarla más fácilmente.
No te será fácil llenar la botella en esta fuente, pues tiene poco fondo...
Antes de llegar a Escuernacabras, en el lado izquierdo de
Carramolinos y a media ladera, brota otra fuente, esta sí, visible.
A Carramolinos se llega siguiendo desde la Peña del Buitre la línea del monte, caminando en paralelo a la carretera en dirección norte. Las vistas no hacen sino que mejorar a medida que avanzamos .
Los valles se van abriendo a nuestro paso y empezamos a distinguir Valdanzo en una curva hacia la izquierda. Dirigiendo nuestra mirada hacia la derecha o noreste nos llevaría a ver la silueta de la Sierra de Cebollera, unos 80 km. en línea recta, aunque salvando primero el Cañón del Río Lobos, a unos 38. Y el desfiladero de la Yecla de frente, a unos 50 km. de distancia. En medio, un montón de crestas y valles, como si olas de tierra, congeladas en el tiempo, cubrieran el recorrido.
¿Y qué más?
Desde Carramolinos vista a la derecha de Escuernacabras. El valle de la Mostaza se abre camino hacia Valdanzo.
Lo dicho para la Peña del Buitre puede valer perfectamente para Carramolinos. Tenemos alrededor la posibilidad de bajar por el barranco de Valdelamierla o volver hacia atrás y bajar por el sendero de la Cercona o de la Peña del Buitre.
Si seguimos hacia adelante nos encaminamos hacia la punta de Escuernacabras. Si tienes tiempo y piernas, merece la pena continuar. A veces, la ruta se puede hacer larga por las paradas que se realizan para contemplar el paisaje, larga que no costosa.
Carramolinos en un día de niebla. Cumbres borrascosas
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