Las Mochas y las Piñuelas

Sendero

Una vista en las cercanías de los pinos de Cenegro. Una tormenta descarga en lontananza.

Dos corrales dan nombre a este sendero. El de las Piñuelas parece más una caseta que sirvió de resguardo para el pastor por su reducido tamaño, pero nadie parece recordar que uso tuvo en su origen. El de las Mochas, inserto en el llano del monte y entre las encinas, es mucho más grande y operativo, pero pasa desapercibido junto al camino si no se conoce su ubicación. Pero son solo dos puntos de referencia dentro de un recorrido que puede ser inmenso.

Una vista del corral de las Mochas

El sendero puede iniciarse desde varios lugares. Lo más habitual sea entrar por la Antillera o subir por detrás del cementerio de Valdanzuelo. Si se hace el corto recorrido circular, se puede entrar por un lado y salir por el otro de alrededor de una hora de duración. Tenéis un vídeo donde os explicamos esta opción.

Sin embargo,  también puede extenderse y continuar por los pinos de Cenegro y bordearlos para entrar de lleno en el Páramo. Desde Valdanzuelo el sendero es estrecho y empinado y podremos disfrutar de sombra, después ya nos arriesgamos a sufrir los rigores del sol. Dejaremos de gozar de la protección de las encinas y hasta Valdeperal ya no hay agua.

La vista de Valdanzuelo al atardecer, desde el borde del sendero a las Piñuelas

Aparte de encinas, encontramos enebros y sabinas, algunas tienen un porte cercano a las que aparecen en el Parque Natural del Sabinar de Calatañazor. Podemos encontrar las suertes de monte y tampoco es extraño tropezarse a la vuelta de alguna curva, con corzos que pastaban tranquilamente y salen corriendo.

Otra característica del sendero a la altura del corral de las Piñuelas, de la existencia de hematita. Un mineral propio de zonas calizas que contiene hierro, ya que se forma en el mar. Recordemos que los terrenos calizos suelen indicar que en otros tiempos fueron fondo de algún mar. La roca calcárea puede formarse por la acumulación de conchas de los crustáceos. La hematita reafirmaría que esa formación de caliza resultó efectivamente fruto de ser parte del lecho marino.

¿Y qué más?

Una opción es utilizar la bicicleta de montaña, sobre todo si obviamos el corral de las Piñuelas y directamente subimos desde la Antillera, pasaremos por las Mochas y podemos seguir hacia los pinos y recorrer el llano para bajar por ejemplo por Valdeperal de vuelta a Valdanzuelo.

Pero ya en el Páramo las posibilidades son numerosas, pudiendo bajar por el barranco del Ojo o continuar hasta el barranco de Malabarba, enlazar con el Camino del Cid y bajar por Valdanzo o Castillejo de Robledo... Solo hay que tener en cuenta la hora de salida y cuánto tiempo nos puede llevar para no quedarnos sin luz por tales caminos...

Una buena opción si nos gusta la bicicleta de montaña es estudiar las rutas que nos ofrece el Camino del Cid
Los cielos abiertos de estos llanos nos otorgan vistas de las que tenéis ejemplos en la galería fotográfica de más abajo.

 

El Corral de las Piñuelas.

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